En la Vinyeta se ensayó un prototipo que combinaba un digestor anaerobio y un humedal artificial de flujo horizontal para el tratamiento de sus aguas residuales. Completaba el sistema un humedal para la deshidratación de los fangos generados, los cuales pueden acabar aplicándose a la viña como fertilizante.

En Raimat se instaló una planta piloto para comprobar el efecto de una gestión novedosa de un sistema de deshidratación mediante humedales de los fangos procedentes de su EDAR biológica. El diseño del sistema era convencional, pero la innovadora gestión de la alimentación y el tiempo de residencia del fango se vio que permite optimizar la superficie requerida para conseguir su estabilización, reduciendo los costes de inversión necesarios.